lunes, 29 de diciembre de 2008

América Latina, hacia una nueva agenda hemisférica. México: liderazgo visible.

Hace algunos días, se celebró en la primera capital de Brasil, Salvador de Bahía en las costas de Sauípe, un evento sin precedentes en la historia de América Latina y el Caribe, región que comprende desde el río Bravo hasta la Patagonia en el Sur del Continente Americano, incluyendo las islas caribeñas del océano atlántico. Una reunión que bien pudo haberse llevado a cabo hace 40 o 50 años como lo afirmó el mandario brasileño Luis Ignacio Lula Da Silva. Algunos factores que impidieron que pudiera realizarse en el pasado, según mi opinión, fueron la influencia de Estados Unidos, el temor de los mandatarios latinoamericanos a represalias o por la falta de visión política integracionista

América Latina y el Caribe tienen una población de más de 300 millones de habitantes, posee enormes recursos naturales y energéticos, con problemas comunes. Estados Unidos no fue invitado a este foro, mostrando con ello su paulatina pérdida de influencia sobre los gobiernos del continente americano. Mientras tanto, España, Portugal y Andorra, pertenecientes al Grupo de Río, tampoco fueron convocados a la cita. En total, treinta y tres gobiernos participaron de esta cumbre con un hecho que llamó la atención de todo el mundo, la participación de Cuba en una reunión cuasicontinental y la primera gira al extranjero de Raul Castro, ya como Presidente de la isla caribeña.

Los ejes principales al inicio de la reunión fueron la integración y desarrollo en el marco de la crisis global que sacude todos los mercados del mundo. Se pretendía estableciendo un principio de solidaridad y cooperación entre los gobiernos y estados. En la misma ciudad brasileña, precedió a la cumbre de jefes de estado, las reuniones del Mercado Común del Sur MERCOSUR, Unión de Naciones Suramericanas UNASUR, el Grupo de Río y Caricom. Este encuentro multilateral de diferentes instancias integradoras mantuvo un debate con diferentes visiones sobre causas, diagnósticos y proyecciones de los efectos de la crisis mundial sobre el tercer mundo y en particular América Latina y el Caribe.

Un elemento destacable en esta cita, fue el incremento de activismo político de México en la región, liderazgo que se había perdido en el sexenio de Vicente Fox. Una política exterior sin rumbo, con una manejo torpe de los asuntos internacionales y continuos enfrentamientos con países fueron aliados de México por muchos años, como Venezuela, Cuba o Argentina. Dentro de los grandes provechos de la política exterior mexicana en Brasil, se pueden mencionar las relaciones con Cuba, donde se logró un avance fructuoso en todos los ámbitos sobre la base del respeto mutuo. Otro de los beneficios fue mejorar las relaciones con Venezuela y lograr que el país andino agilice los trámites para instalar un nuevo embajador en México y mantener así reuniones de alto nivel en el primer trimestre de 2009. Dentro de la agenda de Calderón para el próximo año se esperan también visitas a Paraguay, Uruguay, Brasil, Ecuador, Guatemala, Panamá, Costa Rica, Bolivia y República Dominicana, viajes que sin duda, serán benéficas para incrementar la capacidad de negociación de nuestro país en la región.

Felipe Calderón afirmó el liderazgo de México con sus alocuciones en la cumbre, al señalar que se necesita un saneamiento que detenga la caída de los mercados en todo el mundo; segundo, una reforma profunda a los organismos financieros internacionales; tercero, evitar el resurgimiento del proteccionismo comercial; y cuarto, normar la regulación que evite que se cometan nuevas quiebras y abusos financieros. Al mismo tiempo, explicó que después de la próxima cita, que será en febrero de 2010 en México, los 33 gobernantes de la región volverán a juntarse en Venezuela al año siguiente.En rueda de prensa con otros siete mandatarios de la región, Calderón se mostró convencido de que es posible "avanzar verdaderamente en la gran aspiración latinoamericana" de construir la unidad "sobre bases políticas, sociales, económicas y culturales para hacer valer la fuerza de la región".

Es destacable mencionar que el futuro organismo multilateral que englobará a los países americanos de América Latina y el Caribe, no funcionará con cumbres ocasionales, sino con una estructura y funciones permanentes, con sus propias reglas y sus propios sistemas de representación e integración. Sin embargo, esta iniciativa, como han confundido algunos, no sustituirá a la Organización de Estados Americanos, donde se encuentran agrupadas 34 naciones de todo el continente americano, incluyendo a Estados Unidos y Canadá, pero sin contar a Cuba, que fue retirado del organismo por conflictos de la guerra fría en la década de 1960.

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