A partir de dicha aseveración, nos damos cuenta que no estamos muy lejos de acercar esta realidad a nuestro país, donde el Presidente Felipe Calderón emprendió una lucha generalizada para el combate frontal al narcotráfico. El ejército ha salido a las calles para combatir este problema que se ha convertido en el principal cáncer en nuestro país. Sin embargo, a casi tres años de implementarse dicha estrategia los resultados no son claros y contundentes: cientos de civiles han muerto en las calles a raíz de los enfrentamientos entre la milicia mexicana y los principales cárteles de la droga; los cárteles han ganado espacios en otros estados como Oaxaca y provocado olas de violencia generalizada y se ha llegado a detectar una gran red de corrupción en las altas esferas de la seguridad nacional. De esta forma, la impunidad es generalizada y persisten los problemas de corrupción en todos los niveles de gobierno, sobre todo en las corporaciones policíacas ante casos en los que actúan directamente en nombre de la delincuencia organizada, incluyendo a altos funcionarios.
El gobierno mexicano emprendió la “Operación Limpieza” donde se detuvo a los ex jefes de la Interpol y mandos de la Agencia Federal de Investigación (AFI), Rodolfo de la Guardia García y Ricardo Gutiérrez Vargas, así como de Noé Ramírez Mandujano, ex zar antidrogas de la Procuraduría General de la República (PGR). Sin embargo, según un Informe sobre la situación de los derechos humanos en México elaborado por el Departamento de Estado de Estados Unidos, a pesar que el gobierno respeta y promueve los derechos humanos, en medio de la lucha que se libra contra los carteles de la droga se han registrado casos donde algunos elementos de las fuerzas del orden (policías y militares) han actuado al margen de la línea del deber” o “fuera de la autoridad” asesinando a varios civiles
En contraste, la corrupción sigue siendo un gran problema en nuestro país, en nuestro estado y muchos municipios, ya que muchos policías, especialmente en los planos estatal y local, han participado en el secuestro, la extorsión, la prestación de protección. Por ello creo que es importante que apoyemos y reclamemos a los gobiernos Federal, Estatales y Municipales que la lucha sea cada vez más profesional, coordinada e inteligente. Es importante que el poder legislativo y sus integrantes creen y aprueben leyes más eficaces para el combate del tráfico de drogas y castigo a aquellos funcionarios involucrados en estas redes de corrupción y que el poder judicial limpie sus estructuras al servicio de estos carteles de la droga.
Finalmente, me gustaría comentar que coincido con la declaración del director ejecutivo de la Oficina de Naciones Unidas sobre Drogas y Criminalidad, pues aunque el gobierno en todos sus niveles de gobierno haga esfuerzos para combatir este lastre, las estructuras policiales están contaminadas. No podrán lograrse avances en el combate del narcotráfico, mientras no se ataque el problema desde sus bases.