lunes, 16 de febrero de 2009

Estado fallido. ¿Tan mal estamos?

Hace algunas semanas, durante una reunión con embajadores y cónsules mexicanos en Palacio Nacional, ante el presidente Felipe Calderón el historiador Enrique Krauze refirió que recientemente, a una pregunta expresa de un amigo sobre los sitios más álgidos del mundo, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, respondió: “son Paquistán y México”. Este término se ha utilizado para calificar a un estado débil en el cual el gobierno central tiene poco control práctico sobre su territorio. Los que se encargan de conducir la política interna y externa del país, dígase Felipe Calderón o la propia Secretaria de Relaciones Exteriores, han mencionado que nuestro país no puede ubicarse en esta clasificación acuñada por Estados Unidos.


El think-tank estadounidense Fondo por la Paz publica un índice anual llamado Índice de Estados Fallidos que también se publica en la revista Foreign Policy. En esté índice se ordena a los países basándose en doce factores determinantes como la presión demográfica creciente, movimientos masivos de refugiados y desplazados internos; descontento grupal y búsqueda de venganza, huida crónica y constante de población; desarrollo desigual entre grupos; crisis económica aguda o grave; criminalización y deslegitimación del Estado; deterioro progresivo de los servicios públicos; violación extendida de los Derechos Humanos; aparato de seguridad que supone un ‘Estado dentro del Estado’; ascenso de élites faccionalizadas e intervención de otros Estados o factores externos.


En el caso de nuestro país, Felipe Calderón ha mencionado que pareciera que en el mundo se generara la impresión de que en México se está, simple y sencillamente, masacrando a la población civil en las calles, incluyendo las de esta ciudad, y que se está generando una situación de caos, y honestamente no es así. Sin embargo, veremos ahora cuáles son las situaciones que nos hacen pensar que nuestro país, si al menos no se ha ubica dentro de esta clasificación, si está en las condiciones de ir hacia allá.


Actualmente, el gobierno mexicano mantiene una férrea lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. Además, todavía existe un descontento a raíz de las elecciones de 2006, y no se borran las resacas en las mentes de la ciudadanía, pues ésta piensa que en nuestro país todo puede suceder con dinero y poder. Ante la inseguridad creciente en el país, mucha gente que ha tenido que emigrar a otros lugares, tanto dentro de México como hacia el extranjero.


El desarrollo desigual entre la población cada vez es más evidente, por un lado, tenemos al hombre más rico del mundo en la figura de Carlos Slim y por el otro, existen miles de mexicanos sumidos en la pobreza extrema, mismos que tienen 2 opciones: emigrar hacia los Estados Unidos de América en busca de un empleo, o como es más común, unirse a un grupo delictivo o al narcotráfico para ganarse el pan de cada día.

La crisis económica en nuestro país es grave; la población desocupada en el país se situó en un millón 922 mil 596 personas al cierre de 2008, es decir, 306 mil 515 personas más que en 2007, lo que ubica al desempleo en el país en su máximo nivel histórico. Al mismo tiempo, el catastrofista dueño de las empresas Telmex y América Móvil, señaló que se muy pronto van a cerrar muchos comercios, va a ver locales vacíos por todos lados, inmuebles vacíos y va a ser una situación delicada. Esto sin duda le ha permitido ganarse críticas y reclamos por parte de la clase política panista y del mismo gobierno federal.

México es un país donde no se respetan los derechos humanos. Algunos casos muy conocidos son las violaciones de derechos humanos en Atenco, los crímenes de mujeres en Ciudad Juárez o el respaldo a funcionarios públicos corruptos, como Herrán Salvati. En México existe un deterioro de los servicios públicos, donde un Presidente de la República llamado Carlos Salinas de Gortari, un gobernador llamado Mario Marín o un Presidente Municipal, sea quien sea, utiliza los recursos públicos a su antojo. México se ha convertido en un país donde las irregularidades en las investigaciones del Ministerio Público o las Agencias Estatales o Federales de Investigaciones no permiten conocer los verdaderos resultados de casos como la muerte del Exsecretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño.


Por lo anterior, considero que el término que le han acuñado a nuestro país no está muy lejos de la realidad. Sin embargo, esperemos que la situación que vivimos sea sólo pasajera o normal, y que este descontento generalizado se haya repetido ya en el pasado. Pues muchos afirman que el término de “Estado fallido” es una maniobra imperialista de Estados Unidos, de una forma más para erigirse como policía del mundo, una violación de la soberanía de los países y una legalización de posibles invasiones y ocupaciones estadounidenses en países pequeños y débiles.

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