miércoles, 18 de febrero de 2009

Desempleo, triste realidad para la juventud Desempleo, triste realidad para la juventud mexicana

Cada vez que tengo la oportunidad de visitar un centro universitario o una escuela superior donde se forman a los profesionistas del mañana, me doy cuenta de la enorme cantidad de estudiantes que asisten entusiasmados a prepararse para poder incorporarse a la Población Económicamente Activa (PEA) del país y tener una mejor calidad de vida. Sin embargo, me doy cuenta de la triste realidad que atraviesan los jóvenes cuando terminan sus estudios, después de haber invertido tanto dinero en su educación. En la mayoría de los casos, los padres son los responsables de proveer lo necesario para que sus hijos puedan tener acceso a una educación de calidad y en otras circunstancias, los jóvenes consiguen un empleo de medio tiempo, que en la mayoría de los casos está mal remunerado e interfiere en la concentración plena del joven en sus estudios.


Durante muchos años se ha mencionado que la educación es el motor del desarrollo del país, de la importancia de invertir recursos públicos en infraestructura educativa, en tecnología e investigación. Y si bien es cierto que algunas entidades federativas del país lo hacen, como Oaxaca, toda la inversión que se hace en este campo sirve de poco para enfrentar la triste realidad que vivimos, el desempleo, problema que ha existido en los últimos años y que se ha agravado notablemente en la actualidad es el desempleo.


Un joven, al salir de la Universidad se encuentra con la terrible situación de no contar con experiencia laboral o de haber ejercido sus conocimientos antes en alguna institución pública o privada. Esto lo imposibilita para tener un salario digno, un puesto de trabajo acorde a sus aptitudes y en la mayoría de los casos, se carece de seguridad social. Regularmente, cuando se contrata a un joven universitario recién egresado, los salarios que se le pagan son ínfimos y en la mayoría de los casos, estos empleos son eventuales para que el trabajador no genere antigüedad. Esta situación obliga a los jóvenes a formar parte de las cifras de la economía informal, donde no se dedican a ejercer su profesión, sino a actividades de taxista, taquero, repartidor o “ejecutivo de ventas”. En otros casos más deplorables, los jóvenes que no encuentran cabida en la economía formal e informal, prefieren dedicar su tiempo a servir a los intereses del hampa y el crimen organizado.

Según datos del INEGI, México tiene actualmente 106 millones de habitantes, de los cuales más del 40 por ciento vive en la pobreza. Al tercer trimestre del año pasado la PEA llegó a 45,2 millones de personas, el 58,1 por ciento de la población total mayor de 14 años, cifra inferior al mismo periodo de 2007, cuando se situó en 45,6 millones. La misma institución ha señalado que actualmente hay hay 11,7 millones de personas que trabajan en la economía informal, las cuales tienen ingresos irregulares, no cuentan con prestaciones sociales y representan el 27 por ciento de la PEA

Existen programas de gobierno para que los jóvenes que terminaron la Universidad puedan incorporarse al mercado laboral con mayor facilidad. Un ejemplo de ello, fue el Programa de Primer Empleo del Presidente Calderón, una política pública implementada para que el michoacano pudiera cumplir sus promesas de campaña y así convertirse en el Presidente del empleo. En este programa el gobierno federal se comprometió a condonar a los empresarios hasta el cien por ciento de las cuotas del Seguro Social de aquellos empleados que contrataran y que nunca hubieran tenido antes un empleo formal, por lo que estaba enfocado a los jóvenes. Sin embargo, la principal queja de la iniciativa privada fue que tenía que pasar un año para que las empresas pudieran tener acceso a dicho subsidio

Existen otros programas en nuestra entidad, como las becas que brinda el Sistema Estatal de Empleo que buscan atenuar el desempleo o la falta de capacitación en la población. Sin embargo, estas becas sólo son temporales y cuando el programa se termina, el problema persiste. Además, al que sólo pueden tener acceso aquellas personas que forman parte de un grupo político o pertenecen a la clase privilegiada que conoce a los promotores de estos empleos. ¿ Y la mayoría de la población joven dónde queda?

Recientemente, el empresario mexicano Carlos Slim afirmó que la crisis financiera internacional traerá muchas consecuencias negativas para México, entre ellas, un alto desempleo y mayores quiebras en empresas de todos los tamaños. Negando ser catastrofista, afirmó que se van quebrar empresas chicas, medianas y grandes, van a cerrar los comercios, va a haber locales cerrados por todos lados, los inmuebles van a estar vacíos. Ante ello, Felipe Calderón recientemente criticó los comentarios del empresario sobre la coyuntura económica y de seguridad, ante los esfuerzos que ha realizado el Gobierno Federal para contrarrestar estos problemas.

La triste situación que hemos descrito afectará hondamente a los mexicanos pero en mayor medida al sector juvenil. Y es que de los puestos de trabajo perdidos en los últimos meses, más del 50% corresponde a jóvenes entre 15 y 24 años de edad.

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